Las impresoras 3D aunque parecían ser sólo una ilusión de ciencia ficción ya empezaron a utilizarse cada vez más seguido y con más diversidad de materiales, algunos modelos imprimen con comida, vidrio, madera e incluso se utiliza el tejido biológico para crear órganos artificiales.
Y aunque todo esto es increíble, hay que reconocer que gracias a Charles Hull, (el co-fundador de 3D Systems), quién inventó la estereolitografía que se define como un proceso de impresión que permite que un objeto en 3D se cree a partir de datos digitales, ha permitido, por ejemplo, crear la tecnología adecuada para crear un modelo 3D a partir de una imagen y permitir que los usuarios prueben un diseño antes de que este invierta en la fabricación del modelo definitivo.
En 1992, se creó la primera máquina de impresión 3D del tipo SLA (estereolitográfico) fue desarrollada por la empresa 3D Systems. Su funcionamiento básico consistía en que un láser UV solidificaba un fotopolímero (sustancia sintética que sufre un cambio en sus propiedades por acción de la luz),el cual fabricaba partes tridimensionales capa por capa.
La marca Polaroid, reconocida por sus fotos instantáneas, también está participando en las impresiones 3D, su modelo Polaroid Model Smart 250S con tecnologías FDM (Modelado de fusión por deposición), tiene una resolución de 50×350 micras, dando una altura de 0,5 mm de capa y con una velocidad que abarca desde 20 mm/s hasta los 300 mm/s, esto depende de las funciones y calidad que se desee en el modelo; también cuenta con una cámara WiFi para controlar de manera remota las impresiones.